La apuesta del Gobierno del Estado de México por detonar rutas turísticas rumbo al Mundial de la FIFA 2026 revela una lectura estratégica de la coyuntura, pero también plantea un reto mayor: convertir la cercanía con la Ciudad de México en una ventaja real y sostenida. La secretaria de Desarrollo Económico, Laura González Hernández, ha puesto sobre la mesa proyectos como las rutas de la flor y del mezcal, concebidas no como un escaparate temporal sino como una oferta permanente, capaz de articular producción local, servicios y experiencias de calidad. El desafío será que la capacitación prometida, la coordinación interinstitucional y la preparación de aeropuertos, hoteles y prestadores de servicios se traduzcan en una experiencia consistente para el visitante, de modo que el Mundial no sea sólo una oportunidad pasajera, sino el punto de partida para reposicionar al Estado de México como un destino turístico competitivo y con identidad propia.
Reparar antes del colapso
El inicio de los trabajos de la Comisión del Agua del Estado de México para detectar y reparar una fuga en Atizapán de Zaragoza es una acción necesaria, pero que llega bajo la sombra de una emergencia reciente que exhibió la fragilidad de la infraestructura hidráulica en la zona. La promesa de que no habrá afectaciones al suministro y de que las labores serán preventivas contrasta con el recuerdo aún fresco de las inundaciones en San Miguel Xochimanga, donde decenas de familias pagaron el costo de una falla que se desbordó en cuestión de minutos. Más allá de las molestias viales que se anticipan, el verdadero reto para las autoridades no es sólo reparar fugas, sino adelantarse a ellas, con mantenimiento oportuno y transparencia, para evitar que la prevención siga siendo una reacción tardía frente a daños que pudieron evitarse.
Obra con participación vecinal
La puesta en marcha del programa La COMUNA en San Francisco Chimalpa refleja una apuesta por el trabajo conjunto entre gobierno y ciudadanía, con la intención de atender rezagos que por años han marcado a los pueblos originarios de Naucalpan. El alcalde Isaac Montoya plantea un esquema de colaboración que reconoce la organización comunitaria y busca aprovecharla para ampliar el alcance de las obras, sin perder de vista el acompañamiento técnico y el respaldo institucional del Ayuntamiento. Si este modelo logra mantenerse con diálogo, cercanía y resultados visibles en los barrios intervenidos, puede convertirse en una vía efectiva para fortalecer la participación vecinal, mejorar la infraestructura local y generar un sentido de corresponsabilidad que beneficie tanto a la comunidad como a la gestión municipal.
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