El Primer Informe de Gobierno de Ricardo Moreno muestra avances tangibles en servicios, obra pública y participación ciudadana, aunque también evidencia pendientes que requerirán constancia y mayor capacidad de gestión. Programas como Toluca se Pone Guapa y Toluca en tus Manos han tenido impacto visible en la imagen urbana, mientras que la reducción de delitos y el orden financiero aportan estabilidad a la administración. Sin embargo, el reto para el alcalde será sostener estos resultados en una ciudad con demandas crecientes y garantizar que las mejoras no se diluyan con el tiempo, una lectura que coincide con el reconocimiento y, a la vez, la expectativa marcada por la gobernadora Delfina Gómez.

Delfina Gómez Álvarez. Foto Especial
Delfina Gómez Álvarez. Foto Especial

Crece demanda

La fuerte alza en la demanda de certificaciones y licencias para motociclistas tras el nuevo Reglamento de Tránsito revela no sólo un cambio normativo, sino la urgencia de profesionalizar la conducción en un contexto donde los accidentes en moto han crecido de manera sostenida; aunque la Secretaría de Movilidad asegura contar con la infraestructura necesaria, el reto no será únicamente atender trámites, sino garantizar que el proceso realmente eleve las competencias y la seguridad vial, evitando que la certificación se convierta en un mero requisito burocrático. La evaluación avalada por CONOCER es un paso positivo, pero para que tenga impacto real deberá acompañarse de vigilancia efectiva en las calles, campañas de cultura vial y sanciones claras para quienes decidan evadir la normativa; al final, la meta no es recaudar ni saturar módulos, sino reducir riesgos y asegurar que quienes conducen una motocicleta lo hagan con pericia, responsabilidad y pleno conocimiento de su vehículo y del reglamento.

Afecta movilidad

La remodelación del CETRAM Lechería es, en el papel, una inversión necesaria para mejorar la movilidad y la seguridad de miles de usuarios del Tren Suburbano; sin embargo, el modo en que se ejecutan las obras deja en evidencia una falta de planeación que hoy pone en riesgo justamente a quienes se pretende beneficiar. Obligar a peatones a subir al transporte en plena carretera, sin banqueta, entre cascajo y vehículos que circulan a alta velocidad, no sólo es incómodo: es peligroso e injusto. Las autoridades estatales deben garantizar rutas seguras y pasos provisionales bien señalizados durante cualquier intervención urbana; de lo contrario, la promesa de modernización se convierte en una carga diaria para quienes dependen del transporte público.

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