Lo que debió ser un arranque impecable del Trolebús Santa Martha–Chalco, inaugurado con bombo y platillo por la gobernadora Delfina Gómez y la candidata presidencial Claudia Sheinbaum, terminó convertido en una muestra de improvisación y falta de coordinación. Apenas en su primer día hábil, el sistema digital cobró 20 pesos a los usuarios cuando la tarifa oficial anunciada era de 13. El daño no fue solo al bolsillo de los pasajeros, sino a la credibilidad de un proyecto presentado como ejemplo de modernidad y justicia social. Si la tecnología falla desde el inicio, ¿qué garantías hay para los meses por venir? La imagen de empleados del Servicio de Transportes Eléctricos reembolsando siete pesos “a mano” con terminales portátiles no solo evidencia un descontrol operativo, sino que también pone en entredicho la capacidad del equipo que acompaña a las administraciones. Con cada error logístico se diluye el mensaje de eficiencia que ambas buscaron proyectar con la obra. Las máquinas no funcionaron, el cobro fue injusto, y la solución improvisada no basta para corregir un estreno.

Claudia Sheinbaum Foto: Especial
Claudia Sheinbaum Foto: Especial

Riesgos en Ecatepec

La propia alcaldesa Azucena Cisneros Coss ha reconocido que 300 mil personas en Ecatepec están en riesgo ante la temporada de lluvias, pero más allá del diagnóstico, lo que sigue faltando es una estrategia preventiva sólida y visible. Los 17 puntos vulnerables y colonias como Las Américas, Jardines de Morelos o Santa María Chiconautla no deberían estar a merced del clima año con año. Si ya se conocen las zonas críticas, ¿por qué no se han tomado medidas estructurales con anticipación? La instalación de 11 campamentos suena bien, pero la solución debe ser más a fondo. Se necesita un verdadero plan de infraestructura pluvial y protección civil que no dependa del último minuto. Ecatepec no puede seguir viviendo con la amenaza cíclica del agua y sólo preparar albergues temporales. La prevención empieza mucho antes del primer aguacero.

Azucena Cisneros Coss / Foto: Especial
Azucena Cisneros Coss / Foto: Especial

Municipios certificados

La entrada en vigor de la reforma que profesionaliza los requisitos para dirigir las policías municipales en el Estado de México es, sin duda, un paso necesario para dignificar y fortalecer la seguridad pública. Exigir título universitario, certificación por la Universidad Mexiquense de Seguridad y experiencia mínima de un año parece obvio, pero durante años el acceso a estos cargos ha estado marcado más por cuotas políticas que por perfiles técnicos. Esta reforma pone sobre la mesa una exigencia mínima de profesionalización que debió estar presente desde hace décadas. La ciudadanía no puede seguir confiando su seguridad a improvisados o recomendados sin preparación real. La clave del éxito no será solo la letra de la ley, sino su cumplimiento riguroso y sin excepciones. El verdadero reto será erradicar la simulación: que no se otorguen certificaciones por compromiso ni se usen los controles de confianza como mera formalidad. La profesionalización debe ser efectiva, no simbólica.

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