La puesta en operación del tercer módulo híbrido para licencias de conducir abre una oportunidad concreta para evaluar si la modernización administrativa que presume la Secretaría de Movilidad se traduce, en los hechos, en un mejor servicio para la ciudadanía, pues más allá del discurso, la clave está en la constancia y el proceso cotidiano. Daniel Sibaja acierta al señalar que durante años se exigió a los contribuyentes cumplir trámites sin ofrecerles condiciones dignas ni tiempos razonables; ahora, el reto será que la eficiencia, la digitalización y la eliminación de prácticas discrecionales no sean la excepción de un módulo renovado, sino la regla en todo el sistema de movilidad del Estado de México.

Daniel Sibaja González. Foto Especial
Daniel Sibaja González. Foto Especial

Aumenta la tarifa, persisten fallas

El aumento a la tarifa del transporte público en el Estado de México dejó claro, a poco menos de dos meses de su aplicación, que subir el costo del pasaje no basta para mejorar un servicio que arrastra deficiencias estructurales desde hace años. Las quejas de los usuarios retratan una realidad cotidiana: unidades en mal estado, operadores sin capacitación suficiente y derechos incumplidos, como el descuento a personas adultas mayores, mientras la promesa de modernización sigue sin traducirse en cambios visibles. Las cifras oficiales de reclamaciones atendidas muestran un esfuerzo institucional, pero también confirman la magnitud del problema; el reto para la autoridad no es sólo escuchar y recibir reportes, sino ejercer una supervisión efectiva que obligue a las empresas transportistas a cumplir con las condiciones mínimas de seguridad, dignidad y calidad por un servicio que hoy, simplemente, cuesta más.

Reto en la ejecución

El consenso alcanzado en torno al Paquete Económico 2026 refleja una Legislatura dispuesta a privilegiar el diálogo por encima de la confrontación, aunque ese acuerdo político no exime de responsabilidades futuras. Las coincidencias en torno a la justicia social y la disciplina financiera contrastan con una exigencia compartida: que el presupuesto no se quede en la narrativa. En ese equilibrio se inserta la advertencia de Anuar Azar Figueroa, quien desde la oposición subraya que la aprobación no equivale a un aval ilimitado; su postura marca un recordatorio pertinente de que el verdadero examen del Paquete Fiscal vendrá en su ejercicio, donde la transparencia y la rendición de cuentas deberán sostener el discurso de consenso que hoy presume la LXII Legislatura.

Anuar Azar Figueroa. Foto Especial
Anuar Azar Figueroa. Foto Especial

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