La manifestación de vecinos de Capulhuac frente al Gobierno del Estado de México refleja una creciente inconformidad social que no puede ser ignorada. La toma del palacio municipal y la exigencia de destitución de la alcaldesa Selene Hernández son señales de una ruptura profunda entre la ciudadanía y su gobierno local. Esta situación exige una intervención institucional inmediata para restablecer el diálogo, revisar las denuncias y garantizar la gobernabilidad en el municipio. Cuando una comunidad como la de Capulhuac decide movilizarse hasta Toluca para exigir la salida de su presidenta municipal, Selene Hernández, es porque ha perdido la confianza en sus autoridades. La toma del ayuntamiento es un acto extremo que refleja hartazgo, y el Gobierno del Estado debe asumir su papel como mediador para atender las causas del conflicto.

Advierten vecinos problema
La temporada de lluvias vuelve a poner en evidencia la vulnerabilidad en la que viven los habitantes de la colonia Ejidal San Isidro, quienes, con costales de arena, intentan proteger sus viviendas ante posibles inundaciones. Aunque el gobierno municipal, encabezado por el alcalde Daniel Serrano, realizó un desfogue controlado de la presa del Ángulo, las afectaciones continúan y la población enfrenta cada año la misma incertidumbre. Esta situación exige no solo medidas reactivas, sino una estrategia integral de infraestructura pluvial y prevención de riesgos que ofrezca soluciones duraderas. La realidad de comunidades como Ejidal San Isidro no puede seguir normalizándose. Los testimonios, como el de Lucio Domínguez, revelan una rutina dolorosa que se repite cada año sin una respuesta eficaz por parte de las autoridades. El alcalde Daniel Serrano debe asumir con mayor firmeza la responsabilidad de transformar esta situación y garantizar que las acciones municipales no terminen afectando aún más a quienes ya viven al límite.

No fue sólo una vez
La presidenta municipal de San Mateo Atenco, Ana Muñiz Neyra, demostró una gestión proactiva y comprometida al enviar múltiples oficios desde enero de 2025 a la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM), instándola a instalar equipos de bombeo y realizar el mantenimiento preventivo del Cárcamo Atenco. No se trató de un solo llamado de atención, sino de una serie de solicitudes reiteradas que dejaron en claro que el municipio había cumplido con su parte del protocolo de prevención de inundaciones, dejando en evidencia la falta de respuesta institucional La insistencia de Ana Muñiz Neyra no fue un gesto simbólico, sino una voz constante por la seguridad de más de 120 mil habitantes del Valle de Toluca. Frente a la omisión reiterada de las autoridades estatales, la alcaldesa advirtió que, sin los equipos de bombeo y el mantenimiento adecuado, el sistema hidráulico regional corría el riesgo de colapsar, lo que finalmente se materializó con la reciente inundación. Este episodio pone a prueba el compromiso de las instancias estatales, obligadas a responder con coordinación y responsabilidad.

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