El bloqueo ciudadano al Ayuntamiento de Capulhuac es más que un acto de protesta: es una manifestación desesperada frente a un vacío institucional que no ha sabido responder con celeridad ni firmeza a una acusación grave contra la alcaldesa Selenne Hernández Herrera. Las denuncias por agresión física y sexual en contra de una trabajadora del DIF no pueden tomarse a la ligera, mucho menos cuando los propios regidores han marcado distancia desde hace meses por los excesos y abusos de poder de la presidenta municipal. La dignidad del servicio público no puede sostenerse en la impunidad. No se trata solo de una alcaldesa polémica, sino de una administración marcada por escándalos, autoritarismo y señalamientos de corrupción. Que seis de siete regidores hayan rechazado sus propuestas desde inicios de año demuestra que el problema no es reciente ni menor. La permanencia de Selenne Hernández en el cargo, pese a las acusaciones, es un reflejo preocupante de la debilidad de los mecanismos de control.

Punto de partida
Que miles de niños y jóvenes de Ecatepec hayan crecido sin ver agua salir de una llave refleja la crudeza de la desigualdad en uno de los municipios más olvidados del Estado de México. La rehabilitación de 20 pozos en la Quinta Zona representa una acción tardía pero significativa, que comienza a saldar una deuda histórica con 650 mil personas privadas de un derecho básico. No se trata solo de cifras técnicas o caudal recuperado: se trata de dignidad, de calidad de vida, de un paso necesario hacia la equidad en un territorio largamente marginado. La recuperación del suministro en colonias como México Revolucionario, Arboledas de Aragón o Sauces III muestra que, con voluntad y gestión adecuada, los rezagos estructurales pueden empezar a revertirse. Ecatepec, hoy liderado por Azucena Cisneros, no puede seguir siendo rehén de la indolencia institucional del pasado; el agua que hoy fluye debe ser un punto de partida, no un logro aislado.

Guardia Nacional al norte de Edomex
La instalación de dos nuevas Compañías de la Guardia Nacional en Jilotepec y Soyaniquilpan representa un paso firme en la estrategia de seguridad del norte del Estado de México, una región marcada por el robo al transporte de carga y la presencia del crimen organizado. En este contexto, el alcalde Rodolfo Noguez Barajas acertó al facilitar la donación de terreno y acelerar los trámites necesarios para que las fuerzas federales se establecieran cerca de un punto neurálgico como lo es la autopista Arco Norte. Esta acción no solo responde a una demanda urgente de seguridad, sino que además proyecta un liderazgo local que apuesta por la coordinación intergubernamental. El reto para Noguez Barajas es convertir esta infraestructura en un punto de inflexión, no sólo en términos de vigilancia, sino en resultados tangibles para los ciudadanos. La seguridad en Jilotepec no puede depender exclusivamente de la fuerza federal.

Síguenos en nuestras redes sociales:
Instagram: @eluniversaledomex, Facebook: El Universal Edomex y X: @Univ_Edomex.