La reestructuración del programa Crédito Colibrí, promovida por el Instituto Mexiquense del Emprendedor, busca atender las necesidades de capital de la vasta base de MiPyMEs en la entidad. Aunque la promesa de Alejandro Eduardo Razo Delgado, director del IME, de un modelo "mucho más ágil" para la entrega constante de recursos es bienvenida, el escepticismo institucional es inevitable. Si bien el nuevo esquema de tasas bajas y el enfoque en la educación financiera son elementos cruciales para la sostenibilidad, transformando el crédito en una inversión inteligente y no en un mero paliativo, la clave radica en si la burocracia estatal podrá cumplir con la agilidad prometida. La historia de los programas de apoyo está llena de buenas intenciones frustradas por la lentitud operativa. La verdadera prueba de este Colibrí no será el diseño de sus tasas, sino la eficiencia real de su entrega y si logrará impactar genuinamente la formalización y permanencia de los negocios, sin que las supuestas "nuevas reglas" se conviertan en nuevos obstáculos.

Alejandro Eduardo Razo Delgado. Foto Alejandro Vargas / El Universal
Alejandro Eduardo Razo Delgado. Foto Alejandro Vargas / El Universal

Apoyo directo a emprendedores locales

El lanzamiento de las Caravanas de Economía Social y Fomento al Empleo, encabezado por Laura González Hernández, titular de la Secretaría de Desarrollo Económico, representa un avance concreto hacia un desarrollo económico más inclusivo y cercano a la ciudadanía. La estrategia busca traducir en resultados tangibles los conocimientos y apoyos generados en la FIES EDOMÉX 2025, fortaleciendo proyectos productivos locales y fomentando la permanencia de empresas en los territorios. Bajo el liderazgo de González Hernández, este enfoque territorial y coordinado con distintos sectores demuestra que el crecimiento económico no debe ser una promesa abstracta, sino un derecho colectivo que llegue a quienes más lo necesitan, generando impactos reales en la vida de las personas y en la economía regional.

Laura González. Foto Alejandro Vargas / El Universal
Laura González. Foto Alejandro Vargas / El Universal

Déficit policial

La confesión del alcalde Isaac Montoya Márquez sobre la inmovilización de al menos 20 patrullas nuevas por la falta de elementos policiales expone una de las fallas estructurales más costosas en la estrategia de seguridad de Naucalpan. La adquisición de un robusto parque vehicular, anunciado como un fortalecimiento crucial a la Guardia Municipal, resulta inoperante y un gasto ineficiente cuando las unidades permanecen empolvadas en el Parque Naucalli, evidenciando un profundo déficit entre la inversión material y la estrategia de recursos humanos. Si bien la promesa de incorporar nuevos cadetes el próximo año y la redistribución interna de agentes son medidas necesarias, la seguridad en el municipio no puede esperar a un ciclo académico. La urgencia de incrementar la vigilancia exige una gestión más acelerada; la eficacia del gobierno no se medirá por el número de unidades en el inventario, sino por la presencia real y la reducción de tiempos de respuesta en las calles.

Isaac Montoya Márquez. Foto Especial
Isaac Montoya Márquez. Foto Especial

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