La semana pasada el Secretario General de Gobierno Horacio Duarte Olivares, el de Seguridad, Cristóbal Castañeda Camarillo; Maricela López Urbina, secretaria técnica de la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz en el Estado de México; José Martín Luna de la Luz, Comandante de la 22 Zona Militar; Carlos Fortunato Sánchez Cobos, Comandante Segundo Batallón de la Guardia Nacional, y el representante de la Secretaría de Marina, tuvieron un encuentro con las y los presidentes municipales electos. Ahí les dijeron que deben echarle ganas en materia de seguridad, hacer lo que les corresponde para no dejar todo a los gobiernos estatal y federal.
Y es que, es verdad, con muy poco, los gobiernos municipales (o algunos) tratan de hacer lo posible frente a criminales muy bien organizados, que manejan armas de alto poder frente a un armamento raquítico, si así le podemos llamar, de los policías municipales, quienes prefieren dejar pasar que perder la vida. Además, muchos ya cooptados, o amenazados.
Ante este panorama es muy difícil que las corporaciones policíacas en los municipios puedan hacer más. Tan lo saben muchas y muchos de los alcaldes que van a llegar, que por lo menos 35 han solicitado a la Secretaría de Seguridad del Estado de México apoyo para el nombramiento de sus comisarios. De esa manera, o así se pretende, asegurar que no haya colusión con los grupos criminales.
El tema de la seguridad ha sido tomado como prioritario por la administración de la gobernadora Delfina Gómez Álvarez. Ayer mismo dieron a conocer que noviembre ha sido el mes más seguro desde 2017. Se le atribuye a varias acciones, entre las que se encuentran que llegaron a 302 mesas de coordinación para la construcción de la paz en el Estado de México. Cada día se lleva a cabo la reunión para hacer propuestas.
De acuerdo con la información oficial, hay coordinación entre las instancias que conforman las propias mesas. El Operativo Enjambre lo tienen como un factor fundamental para la disminución en el número de delitos. Y es que, de alguna manera, la gran movilización, que por cierto no se da con las patrullas municipales porque las y los alcaldes no destinan recursos para gasolina, ha inhibido las acciones criminales. Claro, eso podríamos decirlo, sólo en el caso de algunos municipios.
Pero el hecho de que las y los presidentes municipales electos busquen cobijo de la fuerza de seguridad estatal, genera de alguna manera cierta confianza para la gente. De alguna forma dejan la autonomía estatal e intereses personales por la seguridad de la población.
Hace tiempo comenzó la estrategia con la detención de algunos mandos policiacos municipales, que presuntamente tienen nexos con grupos delictivos, y el Estado asumió el control. Ya deben verse resultados en los municipios donde así fue, como fue el caso de Coatepec Harinas.
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