El 135 aniversario de La Cervecería no solo invita a mirar de dónde venimos, sino también hacia dónde queremos ir. Esa mirada al futuro está marcada por una palabra que ha definido nuestra historia: pionerismo. En México, ese espíritu pionero se expresa en una red de siete plantas cerveceras y una maltera que, en conjunto, han fortalecido una industria que impulsa empleo, innovación y desarrollo regional a lo largo del país.

Desde Monterrey hasta Meoqui, de Tecate a Toluca, de Guadalajara a Navojoa y Orizaba, cada planta cuenta una parte de esta historia. Todas, con sus particularidades, han sido fundamentales para que México se consolide como una potencia cervecera con identidad propia.

En ese recorrido, el Estado de México ocupa un lugar especial. La planta de Toluca, que inició operaciones en 1969, representa un capítulo emblemático de esa construcción colectiva. Más que una instalación industrial, es un ejemplo de cómo la disciplina operativa, la vinculación con proveedores locales y una cultura de excelencia pueden trascender generaciones.

Celebrar esta efeméride no es solo mirar al pasado, sino reconocer los elementos que han permitido que la industria cervecera evolucione al ritmo del país. Entre ellos destaca el avance hacia una mayor equidad de género, que ha fortalecido la diversidad en los equipos y enriquecido la toma de decisiones. Ese cambio ya es visible en la industria, donde perspectivas distintas impulsan nuevas formas de innovar y de relacionarse con las comunidades. El Estado de México tiene un referente claro en este camino. Amariliz García, primera mujer en dirigir una planta cervecera en México, precisamente en Toluca, demuestra la presencia y el impacto del talento femenino en la industria, y cómo este contribuye a un futuro más competitivo y sustentable.

Hablar de un aniversario también implica mirar hacia adelante con responsabilidad. La planta y su cadena de valor avanzan con una visión de sustentabilidad con objetivos claros y medibles que orientan decisiones, inversiones y colaboración técnica. El futuro del valle se construye con ciencia, transparencia y corresponsabilidad.

El liderazgo de la cervecería en la categoría 0.0 por ciento también ha transformado la industria, al acompañar estilos de vida más diversos y elevar la exigencia de los consumidores. Esa evolución impulsa la innovación, perfecciona procesos y exige una operación cada vez más ágil y consistente.

El crecimiento sostenido del Estado de México también pasa por la capacidad de su industria para innovar, elevar estándares y construir valor junto con su entorno. El sector cervecero ha demostrado que, cuando apuesta por la eficiencia en agua y energía, por procesos cada vez más circulares y por el desarrollo de talento local, puede generar un impacto que trasciende lo productivo. Esa vocación por mejorar continuamente es la que convierte a la cerveza en una plataforma de oportunidades para miles de familias y cientos de negocios en la región.

A 135 años de historia, Toluca confirma una lección sencilla. Tradición e innovación forman un mismo impulso. La planta que arrancó en 1969 mira al porvenir con la ambición de su origen: hacer las cosas bien, hacerlas sustentables y hacerlas juntos. Ese es el aporte del Estado de México al legado cervecero del país y el horizonte que aspiramos a brindar en los próximos años.

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