Durante años hemos escuchado que el sector inmobiliario es ¨seguro por naturaleza¨, sin embargo, el periodo 2025-2030 exige una visión más amplia: el mercado sigue siendo atractivo, si, pero está cambiando más rápido de lo que muchos imaginan. La mezcla entre tecnología, urbanización, nearshoring y nuevas expectativas del comprador está redibujando el mapa inmobiliario del país.
En el 2025 - 2026 se está viviendo una etapa de reacomodo, los próximos dos años serán una etapa de ordenamiento. La demanda de vivienda continúa fuerte, especialmente en la vivienda económica, donde la oferta simplemente no alcanza. Este segmento crecerá por encima de la inflación, -un fenómeno impulsado por el déficit habitacional que ya supera varios millones de hogares-, mientras que la vivienda media y residencial avanzará de manera más moderada.
El nearshoring continúa marcando el ritmo industrial. Estados como Nuevo León, el Bajío y Estado de México mantendrán el protagonismo con parques industriales y naves logísticas cuya demanda supera la oferta disponible. Lo industrial seguirá siendo el segmento más “caliente” del país.
2027 - 2028 Expansión y diversificación inteligente
Cuando el mercado termine de ajustar sus piezas, vendrá un periodo de expansión más estratégica. La vivienda híbrida -aquella que combina hogar y trabajo sin sacrificar privacidad ni amenidades- dejará de ser novedad para convertirse en estándar. Los compradores buscarán espacios funcionales, y los desarrolladores que lo comprendan serán los que capitalicen la nueva ola.
El mercado de rentas también vivirá una transformación. Aumentará la profesionalización; seguros contra incumplimiento, contratos digitales. Plataformas de administración integral serán el mínimo esperado.
2029 - 2030 La madurez tecnológica
La última parte de la década será recordada como el momento en que la tecnología dejó de ser una herramienta opcional y se convirtió en la columna vertebral del sector.
La IA tendra un rol central: tasaciones inmediatas, fijación de precios dinámica, análisis predictivos de demanda, automatización de marketing y proceso de cierre más rápidos y transparentes
Finalmente llegará la regulación ambiental. Para 2030, la mayoría de los nuevos desarrollos requerirán eficiencia energética, manejo sostenible del agua y certificaciones verdes. La sustentabilidad dejará de ser ventaja competitiva para convertirse en requisito básico.
Lo que viene no es un mercado más fácil, sino más sofisticado. Las empresas y asesores que integren tecnología, lean los datos y entiendan al nuevo comprador, serán quienes marquen la pauta. El sector inmobiliario no está en crisis: está evolucionando y como toda evolución, premia a quienes se adaptan primero.
El Estado de México tiene una gran oportunidad para atraer inversión extranjera, la conectividad nos permite ser líderes en cualquier producto que demande el mercado.
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