Después de un proceso complejo, las jornadas de promoción y comparecencias de las aspirantes a la Rectoría de la Universidad Autónoma del Estado de México han concluido. En los últimos días, las fricciones entre los distintos proyectos se hicieron evidentes y se incrementaron. Además, los elementos mediáticos se hicieron presentes y permearon de manera importante la discusión pública. Sin duda, todo ello modificó la ruta de lo que podría parecer una proceso previamente definido.

El ánimo universitario, la determinación de la comunidad y la inquietud por el cambio de administración, reescribieron esta historia y pusieron un interés inusitado en esta temática estatal. No en muchas ocasiones, lo vertido sobre el proceso ha sido en términos negativos y de cuestionable origen.

No obstante, el ejercicio de participación de la comunidad sin duda fortalece la definición y el proyecto que, en el caso de la UAEMéx, llega a la rectoría. Es importante señalar, que este proceso, por primera vez es puesto en práctica, pues hasta este proceso, la definición correspondía a una candidatura única que llevaba el proceso como un mero trámite.

Ahora, con la participación de seis aspirantes, el andamiaje institucional ha mostrado algunas de sus deficiencias y de la imperiosa necesidad de reformarlo una vez que la nueva rectora tome protesta. Planteo tres posibles reformas para futuros procesos electivos.

I. Los tiempos del proceso. El proceso universitario es demasiado largo. Ni los procesos de elección judicial, ni de alcaldes y diputados locales, duran tanto como el proceso a la rectoría. Esta larga duración amplía las posibilidades de desgaste, desánimo y desinterés de la comunidad. Adicionalmente, se requiere establecer un periodo de transición. Hasta antes de este proceso, no era necesario el periodo de transición, pues al ser un solo candidato, la campaña servía como un periodo de transición. Ahora, el proceso electivo será el día 14 de mayo y el 15 deberá estar arrancando el periodo del nuevo rectorado.

II. La fiscalización de los recursos. Al ser un proceso universitario, las campañas debieron caracterizarse por la sencillez de la misma. El uso de recursos en utilitarios, playeras, sudaderas y hasta el gasto desmedido en imagen, afecta claramente la equidad del proceso. Sin embargo, las reglas actuales no establecen nada sobre cómo medir los gastos de las aspirantes. Para futuros procesos, hay ahí una enorme ventana de oportunidad.

III. La participación efectiva de toda la Universidad. Los Centros Universitarios y Unidades Académicas deben tener representación en el Consejo Universitario. Con cerca del 50% de la población universitaria, estos espacios académicos deben tener voz y voto en la definición de sus autoridades. No puede esperar más esta definición.

Confío en la capacidad de las aspirantes para lograr acuerdos y establecer un proyecto de unidad legítimo, que permita que la próxima Rectora pueda hacer frente a los numerosos desafíos que esta institución tan noble e importante de nuestra entidad requiere. Que así sea.

Síguenos en nuestras redes sociales:

Instagram: , Facebook: y X:

Google News

TEMAS RELACIONADOS