El Estado de México, con sus 125 municipios, cuenta con una amplia gama de laboratorios de acción en política pública. En el mes de enero, nuevas administraciones comenzaron a ejercer el poder público, y la presión ciudadana por exigir resultados no aguarda curvas de aprendizaje. Existe una urgencia porque los resultados comiencen a verse.

No obstante, la acción municipal requiere importantes capacidades y herramientas técnicas para hacer más efectiva la administración pública y para recibir el aval ciudadano. En este sentido, existen áreas de oportunidad para las administraciones municipales.

I. Planes municipales de desarrollo. Más allá de los eventos protocolarios, estos ejercicios de diálogo social deberían permitir el involucramiento y empoderamiento de las comunidades locales. Son espacios para priorizar necesidades y planear, con tiempos definidos, por dónde comenzar el ejercicio del poder público. Herramientas como presupuestos participativos, diagnósticos comunitarios y deliberación vecinal permiten a las autoridades municipales generar marcos de cercanía y comprensión de las necesidades sociales. De acuerdo con la normativa, los municipios tienen tres meses para su elaboración y publicación. Es decir, el próximo 31 de marzo deberán estar listos dichos instrumentos rectores de las políticas públicas municipales.

II. Elección de autoridades auxiliares. En este mismo sentido, estos primeros meses de administración coinciden con un ejercicio comunitario de elección de autoridades auxiliares, las cuales acompañan a los Ayuntamientos en el desdoblamiento de la acción pública municipal. Es un buen momento para repensar la operación y funcionamiento de los representantes comunitarios, buscar ampliar sus capacidades de gestión y garantizar su acceso a los programas municipales. Se trata de pasar solo de ser representantes a convertirse en gestores ante las instancias del orden local.

III. Modificaciones administrativas. En la lógica de la autonomía municipal, una herramienta relevante es la atribución de poder para decidir la forma en la que se estructura la administración pública municipal. Mejorar los procesos de atención con la población es una de las medidas mejor valoradas por la sociedad. Así, reducir trámites, mejorar la atención, ofrecer espacios de atención dignos, mantener la limpieza en las oficinas y proporcionar un trato cordial y respetuoso son acciones que no implican altos gastos para las administraciones municipales, pero sí generan un importante impacto positivo en las localidades.

En la vorágine política en la que cotidianamente nos encontramos, tanto en las lógicas federal como estatal, no se debería olvidar este eslabón administrativo y político. Como se ha señalado previamente, el municipio tiene la gran oportunidad de reivindicarse y ofrecer mejores servicios y atención. Puede posicionarse como ese espacio de resolución de problemas públicos, pero también convertirse en un espacio de imaginación, innovación y creatividad administrativa para la atención a la comunidad.

Los tres años de gobierno se irán como agua entre las manos. Estos meses iniciales son la oportunidad de posicionar nuevas acciones, lograr el consenso social en sus prioridades locales y legitimar el ejercicio de su gobierno con mejores servicios para la población. Ojalá aprovechen esta ventana de oportunidad.

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