En México también se habla del “Yellow Day”, conocido como el día más feliz del año. Según algunos expertos, el 20 de junio reúne ciertos factores psicológicos y meteorológicos que aumentan las probabilidades de tener un buen estado de ánimo y, por tanto, un buen día.

Por el contrario, hace un par de décadas, el psicólogo Cliff Arnall propuso el concepto del “Blue Monday” como el día más triste del año, el cual se ubica en el tercer lunes de enero. Esta fecha se calcula a partir de variables como el clima, las deudas adquiridas en las fiestas, el tiempo transcurrido desde Navidad y la falta de motivación frente a los propósitos de año nuevo. Así, este día también sirve como recordatorio de la importancia de la salud mental y el bienestar emocional.

En México, cuando el ánimo decae, solemos decir que estamos “de bajón” o “de capa caída”. En inglés, una sola frase lo resume: to feel blue (sentirse azul).

Pero los “días azules” no son exclusivos del calendario ni del idioma. Recordemos aquella otra “noche triste”, como la llamó el cronista Francisco López de Gómara, en referencia al 30 de junio de 1520, cuando las tropas españolas sufrieron su mayor derrota en la conquista de América. Sin embargo, esa difícil noche no fue, ni de lejos, la última tristeza vivida por nuestro país.

Y aunque se supone que el pasado 20 de junio debía ser el día más feliz del año, para muchos mexicanos —especialmente los que viven en Estados Unidos—, fue solo otro de los tantos blue days que se han acumulado desde la llegada de Donald Trump a la presidencia. Su retórica violenta, su política antiinmigrante y sus decisiones unilaterales han provocado miedo, incertidumbre y protestas masivas, particularmente en ciudades como Los Ángeles, donde miles de mexicanos y centroamericanos han alzado la voz contra los arrestos y deportaciones injustas.

Como si no fuera suficiente, Trump ha sumado a sus acciones internas un ataque devastador contra instalaciones nucleares iraníes, en una operación militar conocida como “Martillo de Medianoche”. Con ello ha demostrado que sus decisiones no solo son insensatas, sino que contradicen la Constitución de Estados Unidos, los tratados internacionales y los principios básicos de la paz.

Así que mientras en algunas partes del mundo celebran su “Yellow Day”, para muchos mexicanos, dentro y fuera del país, siguen acumulándose los blue days.

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