El primer año no ha sido fácil, pero sí esperanzador para muchas y muchos mexicanos. Que una mujer ocupe por primera vez la Presidencia de los Estados Unidos Mexicanos no fue sencillo. Erradicar siglos de machismo para que esto sucediera, tampoco fue fácil.

Mantener la aprobación más alta en la historia de nuestro país, y una de las más altas del mundo, con un 79 por ciento, definitivamente no ha sido fácil; sin embargo, ha sido posible.

Nuestra presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, llegó a su primer informe de gobierno para rendir cuentas de los primeros 11 meses de esta nueva etapa de la transformación nacional, que consolida el llamado “segundo piso” de la 4T: la construcción de un México más justo, democrático, libre y soberano para todas y todos.

Para ella no ha sido fácil lidiar con agentes externos, como el presidente Trump, que desde su regreso al poder busca presionar y debilitar a México. Pero quizá ha sido aún menos fácil, incluso exasperante, lidiar con la oposición en nuestro propio país: una oposición aferrada a señalar cualquier error de quienes acompañan a la presidenta, ya sean gobernadores, diputados, senadores, presidentes municipales o secretarios de Estado.

A la mínima de cambio, son observados con lupa, pues lo único que les queda es gritar y jalonear con fuerza bruta, porque han quedado reducidos a su mínima expresión. Para ella no ha sido fácil ni afuera ni adentro. Y, aun así, busca consolidar el gran legado que nos dejó el presidente Andrés Manuel López Obrador.

En su informe, la presidenta dejó claro que la Cuarta Transformación no sólo continúa, sino que se profundiza. Con el respaldo del pueblo, destacó acciones que reivindican el derecho de las mujeres a una vida digna, con justicia e igualdad sustantiva con los hombres, aunque aún falte un largo camino por recorrer. Resaltó la aprobación de la nueva Ley de Telecomunicaciones y de la Ley del Infonavit, que reconoce el derecho a la vivienda.

La moneda mexicana se mantiene por debajo de los 18 pesos por dólar. El salario mínimo ha incrementado en un 14 por ciento.

Los derechos sociales son hoy la base del bienestar nacional, bajo la premisa: “Por el bien de todos, primero los pobres”. Además, el presupuesto para la educación superior aumentó en un 3.5 por ciento y se creó la Universidad Rosario Castellanos en todos los estados de la República, reivindicando la labor de las maestras y los maestros de México.

Lo más relevante es que se garantiza la cero impunidad: ayer mismo inició la reforma al Poder Judicial, poniendo fin al nepotismo, la corrupción y la impunidad, e inaugurando una nueva era de legalidad.

Mantener la economía de nuestro país no ha sido fácil; consolidar proyectos tampoco. Pero no debemos ponerle las cosas fáciles a la oposición, que solo busca desacreditar las grandes acciones de esta transformación.

Hoy caminamos de la mano de una mujer con paso firme y decidido. Vamos a estar mejor, pero solo si lo hacemos juntos.

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