Los movimientos estudiantiles son acciones de protesta y organización política y social que buscan mejoras dentro de sus espacios académicos, pero también un cambio profundo en la sociedad, contribuyendo a la sensibilización pública y al fortalecimiento de la democracia. El movimiento estudiantil de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) inició con la causa de democratización de la institución para la elección del o la representante de la Rectoría, la cual tuvo como respuesta que por primera vez la comunidad universitaria ejerciera su voto para elegir a su primera Rectora. Sí, este cambio dentro de la Máxima Casa de Estudios mexiquense se logró gracias a la protesta de su estudiantado.

Han pasado casi cuatro meses desde que el movimiento estudiantil de la UAEMéx dio inicio, teniendo al principio un respaldo no solo por parte de la comunidad universitaria, sino hasta de la propia sociedad, existía empatía con el descontento del estudiantado; sin embargo, conforme ha pasado el tiempo, el movimiento ha ido perdiendo legitimidad con la propia comunidad estudiantil, dando como resultado algunos enfrentamientos entre propios estudiantes, a tal grado que la violencia se ha hecho presente.

Pese al desgaste mediático y social que ha tenido el movimiento estudiantil, no podemos dejar de lado que hay demandas legítimas que deben ser atendidas, tales como el mantenimiento y mejora de instalaciones, atención y solución a los casos de acoso, que el estudiantado reciba una educación de calidad y limpiar a la Institución de actos de corrupción. El movimiento estudiantil nos mostró que los jóvenes no son indiferentes a las problemáticas sociales y sacaron a relucir las fallas que por años ha tenido la Universidad.

Una de las principales características de la Universidad es la pluralidad de pensamiento, de tal manera que también se debe escuchar al estudiantado que piden dar fin al paro y poder retomar sus clases de manera presencial. Es aquí donde las autoridades se enfrentan al reto de recuperar los espacios para satisfacer la demanda de la presencialidad en las aulas, pero también de que estudiantes y

docentes regresen a realizar sus actividades en espacios dignos porque parte de la lucha de quienes se encuentran en el movimiento estudiantil es la mejora de instalaciones.

La entrega de instalaciones por parte de las asambleas estudiantiles ha ido avanzando favorablemente gracias a las diferentes mesas de diálogo y trabajo que se han realizado entre autoridades universitarias y estudiantes, ejemplo de ello es la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales al ser el primer espacio de Ciudad Universitaria en regresar a clases de manera presencial, todo ello gracias al ardua labor del personal de mantenimiento y administrativo de este espacio. Mi reconocimiento a cada una y cada uno de ellos por su compromiso.

En medida que vayamos regresando a los espacios universitarios, me parece importante no solo quedarnos con el daño material y errores que pudieron cometerse durante el movimiento, sino invitarnos a reflexionar sobre lo sucedido, no olvidar que ahí estuvieron estudiantes que se atrevieron a señalar lo que está mal, que la Universidad reclama una transformación no solo de forma sino de fondo y que la comunidad universitaria merece ser escuchada de manera real, necesita de manera urgente contar con autoridades cercanas que trabajen en conjunto con todas y todos para reconstruir a la Máxima Casa de Estudios.

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