La Fórmula 1 (F1) es una disciplina que combina la ingeniería de vanguardia, el talento humano excepcional, la estrategia compleja y pasión por la velocidad y la competencia y ha sido percibida como un bastión predominante masculino; sin embargo, el talento y la dedicación de las mujeres ingenieras ha ido ganando terreno.
En el mundo de la F1, la imagen que prevalece es la de los pilotos, las estrellas mediáticas que desafían los límites de la física, sin tomar en cuenta que detrás de cada victoria existe un ejército de mentes brillantes y que un número creciente de ese equipo está formado por mujeres, de tal manera que las ingenieras están dejando una huella indeleble en todos los aspectos de este deporte de élite.
Desde su creación hasta hace unos años la presencia femenina en roles técnicos de la F1 había sido marginal, relegando a las mujeres a puestos de menor visibilidad o se les consideraba como excepciones a la norma porque el deporte era considerado solo para los masculinos.
Afortunadamente esta narrativa está cambiando y existen proyectos e iniciativas como “Girls on Track” de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) que están inspirando a las nuevas generaciones a considerar carreras en la ingeniería del automovilismo, desmontando prejuicios y abriendo oportunidades para que más mujeres tengan participación importante dentro de la F1.
Los avances que se han tenido sobre la participación de las mujeres dentro de este deporte de élite son importantes; sin embargo, aún persisten desafíos que van desde la necesidad de una mayor representación en posiciones de liderazgo hasta la superación de sesgos inconscientes y que las mujeres puedan tener un lugar como pilotas dentro de la competencia. Porque la cultura y creencia de que los hombres son quienes pueden estar en un garaje es todavía un obstáculo para algunas mujeres, de tal manera que la visibilidad de las ingenieras es clave para normalizar su presencia y relucir su talento y que éste es un campo accesible y gratificante para el género femenino.
Porque la participación de las mujeres ingenieras en la F1 no es solo una cuestión de equidad, es una ventaja competitiva porque la diversidad de pensamiento y enfoques que aportan las mujeres enriquecen el proceso de resolución de problemas, impulsa la innovación y fomenta un ambiente de trabajo más inclusivo y dinámico.
Es importante mencionar que en un deporte donde la mínima ventaja puede significar la diferencia entre la victoria y la derrota, ignorar el potencial de la mitad de la población es, simplemente, algo que no podemos permitir.
Así como es importante la presencia de mujeres en espacios para la toma de decisiones, también lo es dentro del desarrollo de la ingeniería, porque las ingenieras son un componente esencial, un motor vital que impulsa la maquinaria más sofisticada del automovilismo.
Es hora de reconocer su invaluable contribución y de asegurar que el pit lane y los boxes sean un reflejo más fiel del talento que existe en el mundo, sin importar el género. Porque el futuro de la F1 se construye con la inteligencia, la pasión y la pericia de estas ingenieras que, día a día, demuestran que la velocidad y la innovación no tienen género.
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