La comunidad estudiantil de la Universidad Autónoma del Estado de México organizó uno de los movimientos más grandes en su historia, teniendo como demandas principales el voto universal y la no imposición de la próxima Rectora. Ante esta situación es importante destacar que los movimientos estudiantiles son una fuerza joven con espíritu libertario que lucha por reivindicaciones sociales en busca de justicia y equidad. Estos movimientos tienen por objetivo la mejora social y política, se organizan para la defensa de sus intereses y la promoción de cambios sociales que impulsen de manera significativa la democracia de un país o una institución como es el caso de la UAEMéx. Es decir, los movimientos estudiantiles han sido agentes importantes de cambio; sin embargo, también existen grupos de poder que se aprovechan de estas movilizaciones y buscan apropiarse de ellos para el cumplimiento de intereses personales.

En la UAEMéx se han vivido días de mucha tensión propiciados por la falta de escucha y atención a las demandas que la comunidad universitaria ha expresado, principalmente la estudiantil, teniendo como punto de quiebre la ausencia de diálogo por parte de quien fuera el Rector en turno, provocando una crisis importante y que en los pliegos petitorios se solicitara su renuncia; pese al contexto desfavorable que enfrentaba la institución, fue hasta el 13 de mayo que Carlos Eduardo Barrera Díaz cumplió con esa petición, la cual sin duda alguna fue bastante tardía, abonando a la mancha de un proceso de elección a la Rectoría que se vislumbraba como histórico.

La ausencia de autoridad y posicionamiento ante el movimiento estudiantil dejó a la Universidad en una inestabilidad a tal grado que ha sido planteada la posibilidad de anular el proceso, lo cual sería bastante lamentable, pues sería una pena que la Máxima Casa de Estudios Mexiquense abriera la posibilidad de no tener a su primera Rectora ante un contexto en donde a nivel Nacional y Estatal los liderazgos femeninos se fortalecen y van ganando espacios. Porque la Universidad debe ser ejemplo de avance, apertura y transformación.

No puede dejarse de lado la gran oportunidad que aún tiene la UAEMéx de reescribir su historia, de reponerse de los grandes desatinos que se han dado y la han afectado por la lucha de poder entre grupos. Porque la Universidad son las y los estudiantes, docentes y personal administrativo que día a día la construyen y mantienen a flote. Asimismo, como parte de esos cambios está el poder tener a la primera Rectora, pues para transformar a la institución debemos comenzar por la equidad de oportunidades, desechando los discursos misóginos que han imperado por años y en los últimos días han tratado de penetrar en la comunidad universitaria.

Que este proceso contara con seis aspirantes mujeres se debe a que cada una cumplió con los requisitos establecidos por la convocatoria, no es un tema de moda, es el reflejo de la lucha de miles de mujeres que nos han antecedido y a quienes hoy debemos agradecer que la UAEMéx tiene la posibilidad de ser liderada por una mujer. Porque es momento de construir una Universidad equitativa, incluyente y abierta que ha de transformarse no solo de forma sino de fondo por el bien de su comunidad.

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