El pasado 25 de mayo se llevó a cabo la final de la liga MX varonil, para la cual hubo una gran difusión en medios de información y redes sociales, organización de eventos invitando a las familias a compartir tan histórico momento para el equipo de la capital mexiquense.
El futbol es el deporte más popular en nuestro país; sin embargo, se ha limitado a apoyar de manera privilegiada a los varones, dejando de lado a la liga femenil, todo ello por una cuestión de prejuicios hacia el género.
En México, la liga femenil de futbol fue creada de manera oficial el 05 de diciembre de 2016; sí, hace apenas ocho años. Y el primer torneo piloto se llevó a cabo el 03 de mayo de 2017, siendo un día histórico y parteaguas en la historia del futbol mexicano, pues el principal objetivo era empoderar a las futbolistas del país; sin embargo, las condiciones brindadas a las deportistas mexicanas de esta disciplina no han sido igualitarias en comparación con los varones, pues existe una diferencia significativa en los salarios, así como en los patrocinios y por supuesto en la importancia, visibilidad y asistencia a los partidos.
La desigualdad hacia las mujeres no solo se encuentra en el ámbito político o empresarial, sino también en el ámbito deportivo. El hecho de que la liga MX femenil tenga ocho años de existencia muestra el gran peso que tienen los estereotipos en la sociedad mexicana respecto a lo que “debe” y “no debe” hacer una mujer.
Lamentablemente sigue persistiendo la idea de que el futbol es un deporte para hombres y que las mujeres deberían limitarse a disciplinas diseñadas para ellas como el ballet, patinaje o gimnasia.
Una de las desigualdades más significativas que se encuentra entre la liga MX varonil y femenil es la salarial, la cual es justificada por motivos de patrocinio y rentabilidad, pues a los partidos de la liga femenil asiste un menor número de espectadores en comparación con la varonil, y claro, esto se debe a que la poca visibilidad que se le da, aunada su reciente creación.
Al respecto, las futbolistas han comentado que buscan contar con salarios dignos y competitivos que les permitan vivir de su profesión, lo cual es bastante justo, pues entrenan y se esfuerzan de la misma manera que los hombres, sino es que aún más, pues no hay que olvidar que por cuestión de roles de género cuentan con actividades de cuidado que deben cumplir a diferencia de los masculinos.
Si la idea de que el deporte no tiene género ha sido reforzada por empresas, marcas comerciales, gobiernos y en las propias escuelas, ¿por qué no se ha visto reflejado también en los salarios de las deportistas?, así como en la promoción y difusión de sus campeonatos y triunfos.
Como sociedad tenemos la gran tarea de promover un cambio, terminar con los estereotipos, apoyar el futbol femenino, reconocer el esfuerzo y gran talento de las jugadoras para que cada vez más niñas se dediquen a esta disciplina que les apasiona, llevándola a un nivel profesional y vivan dignamente de ella.
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