La discriminación a la población de la diversidad sexual es una realidad que, a pesar de los avances significativos en los últimos años, sigue siendo una herida abierta en el tejido social global porque se trata de la negación de derechos, la perpetuación de prejuicios y la manifestación de la intolerancia que menoscaba la dignidad humana y socava los principios fundamentales de igualdad y respeto que toda sociedad democrática debería defender.
La discriminación hacia la población de la diversidad sexual puede manifestarse de diferentes formas, desde chistes o comentarios despectivos en el ámbito laboral, familiar y escolar, hasta la negación de servicios, la exclusión social, o en sus formas más extremas, la violencia física y psicológica llegando hasta el asesinato. La población de la diversidad sexual ha vivido por años un clima de miedo e inseguridad que afecta profundamente su salud mental y bienestar, obligándoles, en la mayoría de los casos, a ocultar su identidad por temor al rechazo o al daño que les pueda ocasionar la sociedad.
Es importante entender que la lucha contra la discriminación hacia la población de la diversidad sexual es una cuestión de derechos humanos universales porque cuando se discrimina a una persona por su orientación sexual o identidad de género se está negando su derecho a la igualdad, a la no discriminación, a la vida, a la libertad y a la seguridad personal, tal como lo establecen las declaraciones y tratados internacionales de derechos humanos.
En México y, de manera específica en el Estado de México, se ha hecho un trabajo legislativo importante para el reconocimiento del matrimonio igualitario; sin embargo, las leyes por sí solas no erradican el prejuicio, ya que la verdadera transformación se da en la mente de la sociedad a través de la educación, el diálogo y la exposición a la diversidad. Por ello es fundamental fomentar una cultura de respeto desde la niñez, que celebre las diferencias en lugar de estigmatizarlas.
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género (ENDISEG) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) del 2021, en México aproximadamente 5 millones de personas mayores de 15 años se identifican como parte de la población de diversidad sexual. Y de acuerdo con Statista en 2022 se registraron en nuestro país un total de 87 homicidios de personas por su orientación sexual o identidad de género y más del 50% de dichos asesinatos corresponden a mujeres trans, seguido del 25% hacia hombres homosexuales.
Con base en los datos anteriores, es de gran importancia que el 28 de junio, que se celebra el Día del Orgullo, como sociedad reflexionemos y tomemos conciencia de la responsabilidad que tenemos de desmantelar los estereotipos, de ser aliados activos en la construcción de entornos más inclusivos y seguros y celebremos la valentía de quienes han abierto camino para la construcción de una sociedad más justa, inclusiva y empática. Porque el orgullo no es solo un día, es un compromiso constante con la libertad y la dignidad de todas las personas.
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