El pasado 03 de julio se cumplieron 70 años de que las mujeres ejercieron su derecho al voto por primera vez en México en una elección federal. Conmemoramos un año más de la participación de las mujeres en la vida democrática del país. Que el día de hoy las mujeres mexicanas gocemos de este derecho a participar es el resultado de un movimiento sufragista que, a lo largo de décadas, persistió en su demanda de igualdad, superando resistencias y prejuicios.
El sufragio femenino es la conquista ardua, forjada por el incansable trabajo de pioneras que desafiaron las normas de su tiempo, que enfrentaron la resistencia y persistieron en su demanda por la igualdad. Los nombres de esas valientes mujeres que nos dieron este valiosísimo derecho merecen ser pronunciados con gratitud y respeto como Hermila Galindo Acosta, Elvia Carrillo Puerto, Amalia González Caballero y María del Refugio García.
Este septuagésimo aniversario nos lleva a dimensionar la profunda transformación que la participación femenina ha traído a la vida política y social de México, pues antes de 1955 la mitad de la población estaba marginada de las decisiones que construían la nación, reduciendo la visión de la mujer al ámbito doméstico, haciendo que su voz en la esfera pública fuera inexistente. La voz y el voto de las mujeres han enriquecido el debate público, han impulsado políticas con perspectiva de género y han visibilizado problemáticas que antes eran ignoradas.
Hoy, las mujeres miramos hacia la historia y lo hacemos con gratitud a quienes lucharon para otorgarnos un derecho que, 70 años después, ha logrado dar como resultado tener cada vez más mujeres ocupando presidencias municipales, regidurías, diputaciones federales y locales, gubernaturas y la Presidencia de la República. Los avances que hoy tenemos en la representación política de las mujeres también han permitido acercarnos más a la paridad, la cual era inimaginable hace siete décadas; sin embargo, la lucha por erradicar todas las formas de violencia de género, especialmente la violencia política, sigue siendo un imperativo.
El voto de la mujer en México no solo es un derecho adquirido, forma parte importante de la democracia mexicana y nos recuerda que nuestros derechos no son regalos, sino que se trata de conquistas colectivas que requieren ser defendidas y ejercidas con conciencia y compromiso. Por ello, conmemorar los 70 años del ejercicio del voto femenino en México nos invita a cada una de nosotras a no olvidar que nuestra voz debe seguir resonando fuerte en cada elección, en cada debate y en cada espacio de decisión para continuar construyendo un México más justo, equitativo y democrático.
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