El país y el mundo han cambiado de manera vertiginosa en apenas el último año, que ha visto cómo se desmantela el orden internacional que prevaleció desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y se modifica profundamente el arreglo institucional en México.

, como ha sido durante los 109 años de vida, ha dado cuenta de estos acontecimientos de manera veraz, puntual, equilibrada y plural, y ha procurado presentar a sus lectores todos los ángulos y voces para facilitar la comprensión y promover el debate sobre la manera de navegar en estas aguas hacia puertos mejores, hacia los puertos de la prosperidad, igualdad, equidad y democracia.

Ha sido un año en el que uno de los Poderes de la Unión, el Judicial, fue sometido a una reforma polémica, cuyas consecuencias apenas comienzan a asomarse y su evaluación final deberá hacerse en el futuro. Ojalá, de corazón lo espero, el sendero sea de luces y para bien de los mexicanos.

La discusión para llegar a esta reforma pareció insuficiente por la profundidad del cambio, como resultado de la prisa mostrada por la mayoría política vigente en el Congreso de la Unión.

De manera simultánea a ese proceso, se desmontaron instituciones creadas en las últimas cuatro décadas, cuyo objetivo era la vigilancia autónoma, la transparencia de las acciones del gobierno, principalmente del gasto público, y la vigencia de contrapesos democráticos.

En el mismo lapso hemos constatado que la proclamación del fin de la corrupción en México fue un lema hueco y propagandístico. El pañuelo blanco del sexenio anterior quedó manchado en las últimas semanas con el expediente de corrupción de algunos integrantes de la Armada de México en las aduanas y el caso del exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco, Hernán Bermúdez, hombre de las confianzas del actual jefe de la bancada de Morena en el Senado, Adán Augusto López.

Las investigaciones abiertas recientemente muestran que en el sexenio que concluyó hace un año, la corrupción se mantuvo viva y ahora nos arrojan datos de que se incrustó en algunos de los más altos niveles del Estado, incluso en las Fuerzas Armadas.

La decisión del gobierno que encabeza la presidenta Claudia Sheinbaum de combatir de raíz ese cáncer corruptor es notable y debe ser apoyada desde todos los ámbitos posibles. Los riesgos son altos y los peligros están a la vista, pero debe mantenerse hasta el final, sin importar a qué personas, grupos o redes afecte. Hasta donde tope, como ha dicho la mandataria.

El camino está lleno de obstáculos y además debe transitarse al mismo tiempo en el que el país enfrenta desafíos inéditos desde el exterior. La administración del presidente Donald Trump ha puesto de cabeza al mundo y México, como su vecino y socio, ha sentido las sacudidas quizá más que ninguna otra nación.

A pesar del tamaño del desafío en la relación con el país más poderoso del mundo, se ha mantenido el equilibrio. Y gracias a la política de cabeza fría, la presidenta Sheinbaum ha podido manejar los nexos diplomáticos con Washington y, particularmente, con el presidente Trump, sin que se desborden los ánimos ni la estridencia.

Es verdad que hay amenazas en lo comercial y en el tema de seguridad, pero también oportunidades inéditas en ambos campos si México sabe aprovechar la fuerza del embate para encauzarla hacia escenarios positivos.

Todo está en marcha y cambia a cada paso. La magnitud del reto es difícil de describir, pero la historia nos dice que México tiene la capacidad y la fortaleza para salir adelante. Como en el combate a la corrupción, deben tener todo el respaldo los esfuerzos del gobierno mexicano para mantener la integración comercial con América del Norte y para conciliar la cooperación en seguridad con la soberanía e independencia nacionales.

El Gran Diario de México está claro en su visión y compromiso: seguirá presentando toda la información, el análisis y la discusión en este momento tan delicado en la historia, para propiciar el conocimiento general de lo que ocurre y la comprensión de cada suceso y cada proceso, siempre desde la irrenunciable pluralidad, la defensa de las libertades de prensa y de expresión, y la apertura democrática.

Como desde hace 56 años que enfrenté la responsabilidad de tomar las riendas de EL UNIVERSAL, que hoy cumple 109 años, el periodismo responsable y profesional, el equilibrio y la pluralidad son y seguirán siendo siempre nuestros principios.

Refrendamos el orgullo de las numerosas plumas que históricamente han ocupado los espacios y las páginas de nuestro querido EL UNIVERSAL y mantenemos la apertura a toda la gama del pensamiento, al debate democrático, a la reflexión informada y a la disección de las acciones públicas.

Nuestra casa tiene cimientos sólidos en el prestigio y es una casa de puertas y ventanas abiertas a todas las voces, a todos los actores y a todas las corrientes de pensamiento.

En EL UNIVERSAL cabemos todos, como en nuestro México. Nuestra apertura es tan grande como el territorio nacional, como la pluralidad de la sociedad mexicana.

Han escrito en nuestras páginas desde José Vasconcelos, Alfonso García Robles, Renato Leduc, Luis G. Urbina, Isidro Fabela y Martín Luis Guzmán, hasta Pablo González Casanova, José Ortega y Gasset, Xavier Villaurrutia, Jorge Cuesta, Daniel Cosío Villegas, Antonio Díaz Soto y Gama, y Antonio Caso.

También Vicente Lombardo Toledano, León Trotsky, Luis Cabrera, Carlos Castillo Peraza, Juan de la Borbolla, Jorge Eugenio Ortiz Gallegos, Carlos Septién García, Manuel Mejido, Enrique Flores Magón, Miguel Ángel Granados Chapa, Marta Lamas, Cristina Pacheco, Paco Ignacio Taibo, Rafael Solana, Juan José Tablada y Alfonso Taracena, entre muchos otros grandes, como Gerardo Murillo, Dr. Atl; Carlos Chávez, Carlos Bracho, Julián Carrillo, Federico Gamboa, Gabriela Mistral, Andrés Henestrosa y Antonio Rius.

Heberto Castillo, Rosario Ibarra de Piedra y Manuel J. Clouthier, en las condiciones más adversas, tuvieron el espacio abierto y dejaron su huella en el Gran Diario de México.

Las páginas y los espacios digitales de esta gran casa siguen hoy abiertos a todas las expresiones.

Si el país enfrenta retos inéditos, lo mismo ocurre con las empresas de medios de información.

Estimados colaboradores de EL UNIVERSAL, queridos lectores, mexicanos todos:

Con la atinada conducción de nuestro Vicepresidente y Director General, Juan Francisco Ealy Lanz Duret, el liderazgo informativo de EL UNIVERSAL se ha afianzado y nos permite avanzar desde esa posición en la era digital y de desarrollos tecnológicos que vivimos, como el de la Inteligencia Artificial que abre caminos amplios y hace poco insospechados.

Desde el papel y los múltiples formatos digitales, El Gran Diario de México seguirá a la vanguardia, siempre con la misma convicción de informar a fondo sobre los acontecimientos y de ser una voz segura, confiable y democrática para toda la sociedad.

¡Muchas felicidades por estos 109 años de vida!

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